miércoles, 27 de junio de 2012

MANTEÑO-HUANCAVILCA


La cultura Manteño-Huancavilca es la última cultura precolombina en la región litoral, y fueron ellos quienes -desde sus poblados costaneros- contemplaron las extrañas naves o carabelas españolas que por primera vez surcaron las aguas ecuatoriales del Mar del Sur.
Aunque no ha sido posible establecer límites precisos o rígidos a los espacios territoriales ocupados por las diversas culturas del Ecuador aborigen, se ha podido establecer que la CulturaManteño-Huancavilca habitó los territorios comprendidos desde un poco más al norte de Bahía de Caráquez, hasta la isla Puná; y tierra adentro, incluyendo la cordillera costanera.
La cronología determinada para esta cultura comprende un período de tiempo que se extiende desde el año 800 de nuestra era hasta el 1531, año en que Francisco Pizarro desembarcó en la desembocadura del río Santiago, en Esmeraldas, para iniciar la conquista.
Las características físicas de sus hombres debieron causar mucha impresión en los primeros españoles. Los cronistas como Zárate y Cieza de León relatan que se deformaban el cráneo y que se trasquilaban dejándose una corona a “manera de frailes” con cabellos solamente a los lados. Los Huancavilcas además tenían la costumbre de extraerse los dientes incisos: esto -según antiguas leyendas- debido a un castigo que les impuso Huayna-Cápac cuando intentó someterlos y estos se rebelaron.
Emilio Estrada distinguió dos zonas o regiones en la cultura Manteño-Huancavilca: Los Manteños o Paches del norte, en la región comprendida actualmente por las ciudades de Bahía, Manta y Portoviejo, hasta Salango; y los Manteños del sur oHuancavilcas, al norte del Golfo de Guayaquil, hasta Colonche.
En su organización social existían diferentes estados y rangos, lo que se manifiesta en el tamaño de sus casas y en la cantidad y calidad de sus adornos personales. Hubo entre ellos especialización en las ocupaciones, y existía un estricto respeto por el orden y la justicia.
Aspecto importante de la cultura  Manteño-Huancavilca constituye su gran desarrollo social y urbano. El arqueólogo Saville observó en 1906, al sur de Manta, una gran cantidad de montículos pequeños que correspondían al pueblo aborigen conocido como Jocay. Se cree que este poblado precolombino se extendía varios kilómetros por la orilla del océano Pacífico y conformaba, conjuntamente con otros, un gran centro poblacional con veinte o treinta mil habitantes.
Estas grandes concentraciones humanas vivían fundamentalmente de la agricultura y la especial capacidad de comercializar sus productos y artesanías a través de importantes organizaciones económica, como la famosa liga de mercaderes, ya sugerida hace muchos años por el distinguido arqueólogo ecuatoriano Don Jacinto Jijón y Caamaño.
Desarrollaron delicadas técnicas para el trabajo en oro y plata, y dedicaron gran parte de sus actividades a los aspectos religiosos, que los llevó inclusive a celebrar ritos con sacrificios humanos. Adoraban a la serpiente, el jaguar, el puma, al venado, a los lagartos y a la diosa Umiña, representada por una gran esmeralda.
Su alimentación se basó principalmente en el maíz, la yuca, los fréjoles, las patatas, el ají y diferentes géneros de hortalizas, y aunque no fueron un pueblo guerrero por excelencia, tampoco se dejaron dominar fácilmente por otros pueblos conquistadores.
Su cultura es muy conocida por las “Sillas U” de piedra tallada que se han encontrado en la zona.



Los Manteño-Huancavilca fueron las últimas culturas del período precolombino del litoral y los primeros en divisar las naves y veleros españoles aproximándose a la costa ecuatoriana.
Según los cronistas Zárate y Cieza cuentan que los Manteños se deformaban el cránero y se trasquilaban dejándose una corona a manera de frailes con cabellos solamente a los lados mientras que los Huancavilcas eran conocidos como “los desdentados” ya que practicaron la mutilación de los dientes. Para algunos autores algunos motivos que originaron esta costumbre era como signo de mayor jerarquía, razones de carácter religioso, como decoración personal o como una sanción impuesta por Huayna Capac (aunque esta última no ha podido ser confirmada).
Ambas culturas, Manteños y Huancavilcas, se unieron para conformar la Liga o confederación de mercaderes por lo cuál hoy en día se juntan ambos nombres y se la trata como una cultura. Sin embargo no lo fueron aunque sí tenían varias similitudes.
Los Manteños
Poblaron la zona geográfica de lo que hoy se conoce como Bahía de Caráquez, se extendieron hasta el Cerro las Hojas entre la actual Manta y Portoviejo para luego llegar al Guayas y la isla Puná. Eran navegantes sin igual, no usaban canoas si no las famosas balsas manteñas que estaba equipadas con velas. Estas balsas transportaban grandes cantídades de artículos y viajeros, una balsa encontrada por Bartolomé Ruiz llevaba 20 hombres y 30 toneladas de mercancía (Newson 1995). Se dice que los manteños también mantuvieron estrechas relaciones comerciales con puelos mexicanos de la época.
Al igual como sus antecesores, subsistian de la pesca y la agricultura principalmente, cultivaron maíz, yuca, camote además de frutas como la guayaba, el aguacate, la piña, entre otros. Aunque no se han encontrado muchos restos arqueológicos sobre los asentamientos poblacionales de la cultura, se sabe que vivieron en casas construídas a base de madera. Jocay, hoy bajo la moderna ciudad de Manta, es la gran ciudad manteña, que según Benzoni (1550), habría tenido más de 20.000 habitantes. Los principales señorías manteños que se han identificado son: Jcocay, Picoazá y Salangome. Los señores eran generalmente polígamos y solían ser enterrados junto a sus esposas favoritas, comida, armas y otros objetos preciosos. El elemento clave de la jerarquía de esta cultura es la muy conocida “Silla Manteña” hecha de piedra, muy peculiar por su forma en U, eran sostenidas por figuras humanas o de animales (siendo el puma la más usada) agachados, en posición de sumisión. Se piensa que las sillas con figuras humanas eran las de los señores y las de figuras de animales, de los sacerdotes o shamanes. Los ritos más relevantes de la comunidad tenían lugar durante los solsticios y rendían culto a la serpiente.
La cerámica manteña es generalmente negra pulida, con motivos variados, muchas veces con representaciones de caras humanas en los cuellos de las botellas o en el cuerpo de las compoteras. Las figurinas fueron hechas con moldes. Se ve presente las representaciones en de la silla en U, lo que una vez más comprueba la importancia de ésta. En algunas piezas vemos representados a hombres consumiendo la coca, también es muy común encontrar los “torteros” (recipientes en los cuales almacenaban las sustancias halucinógenas), con hermosos diseños de animales míticos.
La cultura Manteña fue descubierto a comienzos del siglo XX, por el arqueólogo Marshall Saville

Los Huancavilcas (o Guancavilcas)

La provincia del Guayas está atravesada en parte por la cordillera Chongón y Colonche, la misma que ha sido hogar de varías culturas precolombinas. La provincia de los Guancavilcas, según Benzoni, comenzaba desde Colonche, extendiéndose por toda la zona situada al oeste y sur de la cordillera Chongón-Colonche. Por mucho tiempo los Guancavilcas fueron considerados como una extensión de los Manteños.
Esta cultura también subsistió de la agricultura, cultivando el maíz, yuca, camote y fréjol, además completaron su dieta con la pesca y la caza. Al igual que los manteños fueron muy buenos navegantes. Fueron grandes artesanos, trabajaron el algodón, la paja toquilla y la lana. Utilizaron la Spondylus para elaborar cuentas muy pequeñas que se conocen como chaquiras que eran utilizadas activamente para el comercio (trueque).
“Loma de los Cangrejitos” ubicado cerca del actual Valle de Chanduy fue escogido por los Guancavilcas como su cementerio. Ellos, como otros pueblos de América, creían en una vida más allá de la muerte, debido a esto en los yacimientos encontrados se han recuperado los ajuares funerarios que constan de objetos de adornos y equipos utilitarios que les servirían para continuar sus actividades que en vida habrían desempeñado. También tenían la creencia de que al morir debían comprar “su pasaje para la eternidad”, por lo que muchos esqueletos se han encontrado sosteniendo en cada mano unas hachas monedas hechas de cobre, éstas eran equivalentes para cubrir los gasto del viaje.
La cerámica en Guancavilca es de color muy oscuro, casi negro y brillantemente lustrada. Recordemos que durante el período de Integración las culturas de ésta época estaban más enfocados en expandir sus horizontes y no tanto en la cerámica, motivo por el cual la mayoria de figurinas y cuencos de este período fueron realizados con pintura negativa. Las vasijas y cuencos de esta cultura presentan figuras geométricas bien definidas y se han encontrado en diferentes tamaños, en algunas vemos la representación antropomorfas y zoomorfas. 


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